Fin de Windows 10: millones de PC en riesgo. Las trabas del hardware y el papel de los aranceles en EE.UU.
El día de mañana, 14 de octubre de 2025, Microsoft retirará oficialmente el soporte de Windows 10, dejando a empresas y usuarios sin actualizaciones de seguridad gratuitas. Tras esa fecha, los clientes comerciales deberán pagar por las actualizaciones de seguridad extendidas (ESU), cuyo costo se duplicará cada año. Con cientos de millones de PC aún en Windows 10, la urgencia de actualizar o reemplazar equipos se vuelve imperiosa.
Existen 550 millones de computadoras en empresas que funcionan con Windows 10, y aproximadamente la mitad de ellas no cumplirán con el plazo para pasar a Windows 11. Esto se debe, en gran parte, a los estrictos requisitos de hardware de Windows 11: procesadores relativamente modernos y el Trusted Platform Module (TPM) necesario para su instalación.
Muchos equipos empresariales no cumplen con estas exigencias. Además, muchas empresas optan por otras prioridades y no siempre pueden justificar la compra de nuevas máquinas solo para cumplir con la actualización del sistema operativo. Por ello, es probable que una proporción significativa de PC tenga que esperar o pagar por ESU, lo que aumenta los costos operativos de manera considerable.
La situación es diferente a la transición de Windows 7 a Windows 10: en ese caso, el hardware requerido no cambió significativamente, por lo que la migración fue más sencilla. Hoy, la combinación de equipos antiguos y presupuestos ajustados mantiene a millones de máquinas en riesgo de quedar obsoletas o sin soporte.
EE.UU: los aranceles complican aún más la situación
Los aranceles impuestos por la administración Trump han afectado la demanda de PC en Estados Unidos. Mientras que en el resto del mundo los envíos de PC crecieron un 9,4 % en el tercer trimestre de 2025, en EE.UU. el aumento fue apenas del 1 %. Los fabricantes habían anticipado esto, aumentando inventarios a principios de año antes de la entrada en vigor de los aranceles sobre productos fabricados en China.
El resultado es un exceso de inventario en los canales de venta y consumidores que han preferido posponer la compra de PC, priorizando gastos esenciales frente a artículos más costosos, especialmente con los precios aumentando por los aranceles y la promoción de PC con capacidades de IA.
A pesar de estas dificultades, la demanda de PC nuevos listos para Windows 11 se espera que continúe creciendo hasta bien entrado 2026, según IDC. Lenovo lidera los envíos globales, con algo más del 25 % de las unidades, seguida de HP, Dell, Apple y Asus. Mientras tanto, el plazo para Windows 10 sigue generando presión, combinando el desafío de actualizar el hardware con la volatilidad económica y los aranceles en Norteamérica.
La combinación de todos estos factores genera un riesgo de seguridad significativo. Los equipos tendrán vulnerabilidades sin parchear una vez que finalice el soporte, lo que los convierte en objetivos fáciles para ciberataques. Las empresas que no inviertan en actualizaciones, nuevas máquinas o en las actualizaciones de seguridad extendidas (ESU) podrían enfrentar brechas de datos, ransomware y costos operativos inesperados.
Por otro lado, los sistemas operativos de código abierto como Linux pueden aumentar su popularidad, ofreciendo una alternativa gratuita no solo a este problema en particular, sino a todos los sistemas operativos que finalicen su soporte a futuro.



