La batalla de 2025: un año de la guerra entre gobiernos y el cifrado
El sitio MyPrivacy publicó un informe donde advierte que 2025 marcó un punto de inflexión crítico en la batalla global por la privacidad digital. Lo que empezó como una serie de propuestas aisladas (para proteger a los niños, regular redes sociales o crear identidades digitales) se ha convertido en lo que definen como un “asalto coordinado” a nivel global para debilitar el cifrado y la privacidad online. El informe advierte que lo que está en juego no es solo una ley o un país, sino la estructura misma de la comunicación privada en la era digital.
Europa y el casi-golpe al cifrado: el episodio de “Chat Control”
El punto más alarmante este año fue la lenta (y casi exitosa) aprobación de la regulación propuesta por la European Commission para prevenir abusos de menores en línea (CSAM). Esta norma habría obligado a todas las plataformas de mensajería operando en la UE, inclusive las que usan cifrado de extremo a extremo, como Signal, WhatsApp o Telegram, a escanear todos los mensajes, fotos y videos privados antes de cifrarlos, usando IA implementada en cada dispositivo.
El 7 de octubre de 2025, el gobierno de Alemania anunció que votaría en contra de la medida, creando una “minoría bloqueadora” que impidió que la propuesta obtuviera la mayoría necesaria. La votación programada para el 14 de octubre fue retirada. Fue una victoria (temporal, advierte el informe) para los defensores de la privacidad. Pero la amenaza sigue latente, con un posible nuevo intento en la reunión de ministros del Interior de la UE en diciembre. Y de hecho, en los últimos días se ha dado a conocer la iniciativa de implementar el proyecto, pero mediante un escaneo “voluntario”, que también ha sido motivo de críticas y todavía tiene que pasar varias instancias. Lo que deja en claro que la comisión europea no se rinde.
¿Por qué el cifrado no admite “puertas traseras”?
El informe subraya que la comunidad criptográfica está unida en una verdad que muchos legisladores parecen ignorar: cualquier “puerta trasera” al cifrado crea una vulnerabilidad inherente, no solo para ser explotada por los gobiernos, sino también por cibercriminales o estados hostiles.
No es una hipótesis: el uso malicioso de herramientas vulnerables ya ha demostrado sus consecuencias. Según el análisis, obligar a instalar software de escaneo en todos los dispositivos equivaldría a abrir una puerta gigantesca para ataques masivos a sistemas financieros, de salud o seguridad nacional.
Ante este riesgo, Signal dejó clara su postura: si le imponen ese tipo de requisitos, preferirá salir del mercado europeo antes que comprometer su cifrado.
Más allá de Europa: una ofensiva global contra la privacidad
El informe muestra que la presión no es solo europea. En varios países, con democracias consolidadas, se avanzan leyes e infraestructuras que erosionan la privacidad bajo la excusa de la seguridad, la protección infantil o el control de identidades.
Se trata de medidas como verificación biométrica, identidades digitales centralizadas, regulación de contenidos en redes sociales, exigencia de “puertas traseras” en servicios en la nube o presión sobre proveedores de tecnología. Todo ello configura una arquitectura global de vigilancia masiva con epicentro en 2025.
Lo que está en juego: derechos fundamentales y confianza ciudadana
El artículo subraya algo crucial: más allá de cuestiones técnicas, lo que se está discutiendo es el modelo de sociedad que queremos.
Con un cifrado comprometido y perdiendo privacidad, periodistas, activistas, minorías vulnerables, defensores de DD.HH., víctimas, profesionales de la salud y ciudadanos comunes quedan expuestos. La posibilidad de comunicarse con seguridad y privacidad desaparece.
Además, la mera sensación de que la comunicación privada puede estar siendo monitoreada genera autocensura, debilitamiento del espacio democrático y daño a la confianza social.
Conclusión
El informe de MyPrivacy (puede consultarse aquí ) advierte que 2025 es, hasta ahora, el año en que muchos gobiernos decidieron declarar la guerra al cifrado y la privacidad digital. La aparente derrota del “Chat Control” en la UE muestra que la resistencia es posible, pero no garantiza que el ataque haya terminado.
La verdadera pregunta que plantea este informe es: ¿queremos vivir en una era donde toda comunicación pueda ser monitoreada? ¿O defendemos un espacio privado irrevocable, esencial para la libertad, la democracia y los derechos humanos?
Veremos que definimos en 2026.



