UE registrará huellas y rostros de extranjeros de corta estancia
A partir del próximo 12 de octubre, los viajeros no pertenecientes a la Unión Europea deberán registrar sus huellas dactilares y rostro al ingresar a los países del espacio Schengen. La medida afectará a turistas y visitantes, incluidos británicos y estadounidenses, y busca modernizar los controles fronterizos y mejorar la seguridad en la región.
Qué es el EES y cómo funciona
El Sistema de Entrada/Salida (EES) se implementará gradualmente hasta el 10 de abril, cubriendo los 29 países del espacio Schengen. Los viajeros mayores de 11 años deberán registrar huellas, imágenes faciales y pasaporte, creando un registro gratuito que se conservará durante tres años. Posteriormente, cada cruce de frontera requerirá un escaneo de huella o facial, reemplazando los controles visuales tradicionales y los sellos en los pasaportes.
La UE asegura que el EES hará los controles fronterizos más eficientes, facilitará la aplicación de la regla de 90 días por cada 180 días para estancias cortas, y permitirá un mejor seguimiento de entradas y salidas. Los datos recopilados incluirán nombre, fecha de nacimiento, fechas y lugares de entrada y salida, así como información sobre denegaciones de ingreso, todo almacenado en un "servicio biométrico seguro".
Eurotunnel ha invertido 80 millones de libras en tecnología, además de contratar 120 personas para asistir a los pasajeros. El sistema se aplicará primero a ómnibus y camiones desde octubre y posteriormente a vehículos particulares antes de fin de año, con carriles específicos para facilitar el registro.
En el último trimestre de 2026, la UE introducirá además un visado electrónico ETIAS de tres años con un costo de 20 euros, que aplicará a la mayoría de ciudadanos de países exentos de visado, incluidos Australia, Canadá, Reino Unido y EE. UU. El objetivo es complementar el EES, fortaleciendo el control fronterizo y agilizando la entrada de viajeros de manera segura.
Organizaciones de derechos digitales como European Digital Rights han señalado que la cantidad de datos recopilados es desproporcionada e innecesaria. Aunque el sistema representa una mejora respecto a versiones anteriores, preocupa que la información sobre huellas y rostros se almacene durante años, lo que plantea riesgos sobre privacidad y posibles abusos en el manejo de los datos de los viajeros.
Fuente: The Registrer



